viernes, 18 de septiembre de 2009

Voluntariado en Cusco-Perú



Dentro de poco hará 1 mes que regresé de Perú, tantos meses organizando, buscando ong´s y preparando mi voluntariado y ahora parece que fué ayer... cuando salí sola desde Valencia sin saber lo que me iba a encontrar, aquí estoy con una nostalgia que invade mi corazón...


Mi primera imagen de Cusco fueron esas maravillosas e impresionante montañas




y la inesperada noticia de que iba a estar solamente con dos compañera con Raquel y Paloma (que también llegaron ese mismo día) alojadas en una casa durante una semana...allí estabamos las tres sufriendo el "sorroche" medio mareadas, sin aliento y con la emoción de lo que nos esperaba...

Impresionantes vistas de noche desde lo alto del cerro...



El primer día del proyecto fué una mezcla de sensaciones, un gran caos que se vió recompensadopor esos besos y abrazos de los niños "hola profe!" "donde vives?""has venido en coche?" jeje...esos pequeños renacuajos que algunos llegan después de una larga jornada de colegio, otros después una larga jornada de trabajo haciendo cualquier cosa...otros que llegan de sus casa, unos con uniformes, otros con la ropa que tiene...algunos con sus caritas y manos quemadas y arrugadas por el sol.... esos pequeños de la clase de "las hormiguitas" con sus dientes...dientes aún de leche y llenas de caries y como decía Roni "me duele cuando como"....en Huchuy Yachaq todos son bienvenidos


"los profes" como nos llamaban ellos, estábamos allí, ayudándoles en sus "tarea" del colegio, algunos con interés, otros en cambio....¡son niños! jugando con ellos, en clase de cómputo (de informática), en la biblioteca, duchándolos a pesar de no tener agua caliente...

Esos niños contentos, agradeciendo con sus miradas el "refrigerio" que se les daba, un almuerzo por la mañana o una merienda por la tarde en que consistía en hacerles arroz con leche, leche con avena y un pan...

Y esas vivencias del "día a día" un mundo tan diferente! sus costumbres, sus comidas, la forma de ser comparando con el estrés europeo, yendo a comprar a nuestro supermercado "La Canasta" en la que la cesta de la compra se llenaba de leche, galletas, los ingredientes necesarios para hacer la nostálgica tortilla de patatas y muchos pañuelos de papel...muchos!



Desde la primera semana entre la altitud de Cusco 3.350 mts, el clima seco, el "raro invierno" calor por el día frio por la noche, el polvo que se respiraba en el ambiente, todo esto...causó estragos en la salud de la mayoría de compañeros, gripes, estornudos, virus...vamos lo normal!



Y ese trayecto hasta llegar al cerro del Asentamiento de Hermanos Ayar...un odisea, cogiendo la combi...esos autobúses tipo furgo "Vanette" en la que caben por lo menos 50 personas amontonadas y prestando atención a los nombres de las paradas, esas paradas que no se entiende lo que dicen los chóferes con esos nombres tan raros para nosotros... esas combis que nos llevaban hasta lo alto del cerro para seguir atravesándo ese barranco lleno de basura, pasando por las casas del cerro, subiendo esas cuestas "la cuesta de la muerte" como las llamábamos parándonos cada 2 minutos por la falta de oxígeno, tres pasos y te quedas sin poder respirar con la garganta seca, viendo durante el camino vecinos en las puertas de sus casas haciendo ladrillos de barro y paja... a perros tirados por el suelo, burros pastando, niños.....niños pequeños andando con huesos de carne en sus manos....



Las semanas eran intensas de lunes a viernes, viviendo cada día una experiencia inolvidable, algunos días con más ánimos que otro (tengo que reconocer que hubo unos días en los que hubiera dado todo por regresar a casa, pero claro! estaba bajo la influencia de mi virus particular) jaja y esos fines de semana, junto con mis compañeros ...que nunca hubiera podido imaginar estar en esos lugares... al lago Titikaka viviendo con los nativos de la Isla de Amantaní, en Arequipa con su fantástico Valle del Colca y Machu Picchu, ese lugar mágico al que siempre ví en fotos y que aún no me creo de que "sí he estado allí"...


Plaza de Armas

Cusco, el Cusco, Qosqo, pero no Cuzco (ya que significa perro) con su historia, Incas, ritos y costumbres, unas ciudad rica en cultura, en la que llegó en 1533 Francisco Pizarro y fué el fin de este fastuoso Imperio Inca... aquí estoy con los cusqueños!

Con sus ritos "la Ayahuasca" como dice Phuru, su camino para llegar a su templo y en la que casi todos los voluntarios caímos en las redes de la Ayahuasca.



Esos compañeros llegado de todas partes de España a los que jamás olvidaré y que sin conocernos fuímos nuestra familia, a los cusqueños conocidos allí, en Villa Betty (nuestro alojamiento) y en las noches en San Blas....en sus bares con gente procedente de todo el mundo...





Plaza de San Blas

Y esos "solesitos", la moneda oficial de Perú, pensando en cada momento cuanto vale en euro?, haciendo nuestras cuentas... esos mercados con infinidades de productos, esas frutas que jamás encontraremos, esas paradas de carne al aire con moscas alrededor... esos mercados un lujo para la vista.



En fin.... mi experiencia ha sido mejor de lo que podía imaginar....no me despedí de Cusco....el voluntariado no ha terminado para mí.